Las líneas de la mano
En general, suele decirse que, cuando las líneas de la mano que forman una especie de letra M en su centro son claras y precisas, sobre la persona brillan perspectivas de futuro favorables. Si las líneas son confusas, discontinuas o poco visibles, ello suele considerarse un síntoma de mal augurio. Las cuatro líneas que forman esa M central de la mano suelen conocerse con los nombres de líneas principales.
Las líneas se dividen en: principales,
de destino y secundarias, cada una de ellas nos transmite la información del
elemento que representan; también existen otras líneas que contienen otra
información y que se ubican dentro de los montes, estas pequeñas líneas forman
imágenes o dibujos, que según la zona de la mano en la cual se encuentren, nos
darán más respuestas acerca de la persona a la que pertenecen: estos dibujos
suelen formar estrellas, cruces, triángulos, cuadrados y anillos, que
dependiendo de la zona en donde se encuentren su significado será positivo, o
bien negativo.
Nos indican como fluyen los
acontecimientos a lo largo de nuestra vida y como nuestro pensamiento se
encamina hacia determinado fin. Pueden cambiar dependiendo de la forma en que
se actúa, estas desaparecen o se reafirman, cambian su curso o se hacen más
profundas y homogéneas. Por ello a lo largo de la vida las líneas cambian,
incluso pueden aparecer nuevas líneas.
En ellas se comprueba cual ha sido
el camino y dirección y de qué forma se han manifestado dichas cualidades. Nos
hablan del tiempo, en las líneas ubicaremos el pasado, el presente y las
posibilidades de futuro, así como la edad en que sucedió un hecho determinado
que se ha quedado marcado en nuestras manos. Sabiendo la edad, único dato que
debemos de pedirle al consultante, podremos ubicar el presente. Las líneas
representan la cuarta dimensión, o sea, nos sitúan en el tiempo de la persona
que está delante de nosotros.
Las líneas deben de ser firmes,
homogéneas y claras; cualquier isla o rompimiento, o si ésta se presenta en
forma de cadena o deshilachada, alterará su valor. El curso limpio y claro de
una línea reafirmará el valor del monte y él de la línea misma.
En general, suele decirse que, cuando las líneas de la mano que forman una especie de letra M en su centro son claras y precisas, sobre la persona brillan perspectivas de futuro favorables. Si las líneas son confusas, discontinuas o poco visibles, ello suele considerarse un síntoma de mal augurio. Las cuatro líneas que forman esa M central de la mano suelen conocerse con los nombres de líneas principales.
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